Las comunidades indígenas Quiché en Guatemala

Guatemala es un país multiétnico, multilingüe y pluricultural. Las comunidades Quiché, que hacen parte de este paisaje humano tan diverso, se ubican alrededor de 2.300 metros sobre el nivel del mar. En la región, el español es la segunda lengua detrás del Quiché, un idioma hablado por más de 2.5 millones de personas.

La mayoría de los habitantes de la región son indígenas descendientes de la gran cultura Maya. Su cosmovisión mantiene tradiciones ancestrales donde el agua, por ejemplo, está conectada con los animales, quienes a su vez le informan a la gente noticias sobre el clima, la lluvia y los momentos adecuados para hacer las siembras. Las nubes y el cielo también cargan el mensaje del agua para quienes saben leerlas. 

La cosmología ancestral y los nuevos sistemas

Las serpientes juegan un papel muy importante dentro de la cosmovisión Maya. Muchas comunidades como la Quiché, asocian las serpientes con el agua y los ríos. Y es a este mundo de serpientes ancestrales, de animales sabios, de naturalezas sagradas y de respeto a las tradiciones, a donde empezaron a llegar, hace ya algunos unos años, diferentes sistemas de acueducto.

La llegada de nuevos sistemas, trajo consigo otros elementos tales como los lavamanos y los sanitarios. Pero el arribo de estas tecnologías implica también un choque, un proceso de ajuste de ciertos comportamientos y, más importante, la negociación de ciertos valores. Algunos de estos retos están ligados al hecho de que conceptos como saneamiento, cloración o lavamanos no tienen equivalentes en el idioma Quiché.

El agua: un ser sagrado o un recurso natural

Algunos miembros de las comunidades no logran aceptar del todo el uso de los sanitarios o letrinas. Las comunidades del Quiché no ven con buenos ojos que se use agua limpia para acarrear desechos humanos. El agua es tan importante, que llamarla recurso natural no le hace justicia a su carácter. Validar esa idea de que el agua existe para el uso de las necesidades humanas solamente, lleva a las personas a tener el derecho a usarla de manera indiscriminada, piensan algunos.

Las puertas a un mundo ancestral y mágico se abren en este capítulo. Comunidades, artistas y expertos del Programa Quiché exploran el reto del acceso al saneamiento. Hablan de opciones tecnológicas y prácticas saludables propuestas por la iniciativa de Lazos de Agua en Guatemala, y de las distancias creadas por diferentes cosmovisiones en el marco del proyecto. Sin embargo, también desvelan los puentes tejidos con las comunidades, con los que diferentes actores se encontraron en el camino y crearon soluciones juntos.

Este episodio evidencia que el arte es una herramienta poderosa, que el cambio toma tiempo y que nuestra relación con el agua merece una reflexión, más allá de si tenemos o no acceso a ella.