Paraguay: una historia de aguas más seguras 

En Paraguay se encuentra uno de los reservorios de agua dulce más importantes del mundo: el acuífero Guaraní. Este acuífero es enorme con un tamaño de 1,200.000 kilómetros cuadrados. Es decir, es más grande que España y Francia juntos. Pero a pesar de contar con aguas limpias a grandes profundidades, 100 metros aproximadamente, en el momento de sacarlas a la superficie dejan de serlo. 

Las aguas que se extraen de la profundidad y no reciben un tratamiento adicional, tienen presencia constante de bacterias, ya que es muy difícil mantener una condición adecuada de las tuberías o de los sistemas de transporte del agua en general.

El agua cristalina no siempre es segura: Hacia los acueductos y sistemas de tratamiento

En el proceso de adaptación de nuevos comportamientos, como es el caso del consumo de agua clorada para la eliminación de bacterias, las comunidades han tenido dificultades para entender que aunque el agua esté cristalina podría estar contaminada. 

Históricamente la humanidad ya ha vivido momentos muy complejos al enfrentarse a bacterias, invisibles al ojo humano, pero de gran capacidad mortal. Epidemias como la del cólera en Inglaterra y Francia en 1840, permitieron el descubrimiento de microorganismos "invisibles" con la capacidad de hacer mucho daño. Y para ese entonces la mayoría de personas permanecían incrédulas ante tal explicación. Más de 180 años después, aún es necesaria la pedagogía alrededor de un consumo seguro del agua en comunidades en todo el mundo como es el caso de las comunidades participantes en el proyecto Y Kuaa en Paraguay.

En este episodio de Entre dos Aguas, las comunidades y expertos del Programa Lazos de Agua, nos hablan de cómo la sostenibilidad en el acceso a los servicios pasa por el compromiso en la gestión de los sistemas de agua y saneamiento. Conoceremos como se hace la inclusión de distintos miembros de la comunidad en estos procesos y el trabajo en equipos intergeneracionales para superar retos. Escucharemos cómo le han hecho frente a la covid-19 a través del arte y también cómo ahora prefieren beber agua con un sabor particular porque está tratada, antes que dejarse tentar por un líquido cristalino y sin sabor, que puede estar lleno de peligros.